¿Sabes, hijo? Un dia
soñé con tu rostro.
Decidí que llegó el momento,
te deseé y te engendré.
Sentir como crecías
fue algo maravilloso.
Me imaginaba cada instante,
cada trocito de ti que se formaba.
¿Pero sabes? Un día
me dijeron que no crecías bien,
que eras tan especial
que decidiste ser diferente.
Yo te amé aún mas.
acariciaba mi vientre
para infundirte fuerzas,
esa fuerza que lograste traer.
cuando por fin
le puse rostro a tu cuerpo,
a mi anhelo,
sólo pude decirte
"te amo"
Tus ojos son los luceros que me guían.
GRACIAS, hijo